sábado, 8 de noviembre de 2008

Una vez al mes...

Aquí me teneis de nuevo, con mis reales en la típica silla azul de oficina, con un cansancio que paqué, con un par de cafeses en el cuerpo (sin la supervisión del dentista que me los tiene prohibidos) y con un millar de pensamientos revoloteando en mi mente. Me encantaría poder escribiros todo lo que se pasa por ella pero a estas alturas de la semana no doy para más. Estoy a caballo entre la crisis del resto de España y mi propia tabla de surf. En serio. Estoy mayor: estoy derrotada y solo tengo ganas de dormir. Tendré que empezar a tomar vitaminas (de mayores, claro!).

En el trabajo me tienen dando vueltas de un lado a otro con dinámicas y entrevistas varias. Parece ser que hay que pasar una superselección para que te hagan el pase a fijo. No tenía ni idea de que esto era taaaan largo y taaaan pesado. Todo sea por tener nómina mensual en estos tiempos que nos ha tocado vivir.

Además, este año aún no me he monotonizado, no consigo compaginar todos mis quehaceres y lo peor es que no sé porqué. No soy capaz de cuadrar horarios para no ir con la lengua fuera cada día. Lo que hace que a medida que pasan las horas el recuerdo de mi camita se haga tan fuerte que se convierte en mi única meta diaria. Qué triste!

Lo intento. De veras. Lo intento con todas mis fuerzas. ¿Y sabeis qué? Que voy a dejarlo ya. Me dejaré llevar por las olas hasta que amaine el temporal, lo que tenga que ser, será.

Tengo que daros mil gracias por vuestros comentarios. (incluso Chandler se ha pasado por aquí!!) al leerlos me he animado a sentarme de nuevo tras la pantalla para internetear un ratillo. Gracias por estar ahí. Mola saber que alguien,aunque sea por un instante, se acuerda de tí.

Ah! Y si mis primísimas pasaran por aquí: os echo de menos!