Un respiro

Por fin me he permitido el lujo de hacer una escapadita, tanto trabajo no merece la pena si de vez en cuando no disfrutas de tiempo libre. Y para no quedarme corta, por si acaso tardo en repetir la experiencia, me he ido a pasear por Baker street. Si, si, por Baker st. Que no te suene raro que aquí la menda se ha pirado a Londres!

Unos días de pateo de calles te permiten conocer la ciudad en su pleno esplendor. De día, con las prisas del trabajo, las tardes con su parsimonia de compras varias y las noches, con sus londesinos tomando cervezas en las "terrazas", te envuelven en esa atmósfera tan suya. En realidad estas terrazas son dos mesas en plena calle con cuatro sillas y un par seres enfundados en sus abrigos bebida en la mano y nariz color rojizo. Por supuesto: un frío del carajo.

Sin embargo el cambio de aires sienta bien y un poco de cultura para ir ganándole la batalla a la ignorancia nunca viene mal, aparte, la entrada a los museos es gratuita. He podido ver pinturas originales archiconocidas como Los Girasoles de Van Gogh, o la Venus del espejo de Velazquez o el Matrimonio Arnolfini (que yo no conocía, pero que es muy bien avenido).. lo que hace culturizarse! Además he visto fósiles de dinosaurios y dodos, aunque disecados, porque los pobres ya pasaron a mejor vida.. También momias auténticas, algo había oído hablar de sarcófagos y embalsamientos y nunca imaginé que fuese tan impresionante.

Después de varios días de guiri me dí cuenta de lo mucho que echo de menos mi tierra y a los míos. La tierra del vino, de campos amarillos y ciudades marrones...